Descanso responsable
Noviembre 13, 2019
LA IMPORTANCIA DE HACERLE CASO A TU GUATA!
Te ha pasado que aparece una excelente oportunidad en la vida pero hay algo dentro tuyo que te grita fuertemente “¡NO LO HAGAS!”?
Llevo un tiempo dándole vueltas a esta idea y comprobando si esta sensación es realmente una señal o simplemente un capricho o una pataleta del ego… y en estos dos años de estar atenta a lo que mi cerebro emocional me dice, me di cuenta que, cuando lo he ignorado he terminado dañada… y la verdad es que han sido daños innecesarios, porque aunque uno crece con las caídas, no hacerle caso a mi guata más bien ha significado exponerme a situaciones que no tienen ningún sentido.
He aprendido a diferenciar el miedo que te puede dar hacer algo, de la advertencia que recibes de tu estómago para que vayas más lento y con menos compromiso o menos expectativas… tan sólo espero a ver cómo evolucionan las cosas y simplemente se van desenredando solas… muchas veces no resultando y entendiendo que es eso lo que debe pasar. Tomar un poco de distancia y pensar lo que yo misma le diría a una amiga pareciera ser una metodología un poco alocada, pero ayuda a ver el panorama completo.
No tengo una fórmula para analizar y descubrir lo que siento cada vez que la guata se aprieta, no creo que el cerebro emocional pueda funcionar con fórmulas o racionalizaciones, pero nosotros estamos acostumbrados a eso, a racionalizar, a entender, a explicar y sobre todo a justificar. Y me pregunto… qué pasaría si de un momento a otro no tenemos la necesidad de justificar nada, porque sería tan lógico hacerle caso a la guata que bastaría con decir NO o SÍ y punto.
Yo lo he intentado, no es fácil, pero cada vez es menos difícil obedecer aunque aún tenga que explicar mis respuestas, es maravilloso eso sí, responder desde esta parte del cuerpo porque estoy segura que no me equivoco.
También estoy segura de que el cerebro emocional funciona mucho más rápido que el racional y no lo puedo engañar, no lo puedo manipular, no lo puedo esconder y desde que soy consciente de esto, ya no puedo mentirme a mí misma como solía hacerlo antes.
Escribir este texto además me permite mirar mi reflexión con emoción porque me doy cuenta que con esta forma de tomar decisiones me trato con cariño y respeto.
Darme cuenta de esto hace que quiera compartirlo con otras personas y animarlas a que al menos se sientan libres de sentir, aunque entiendo que mi propuesta pueda parecer osada y requiera valentía insisto en que debemos caminar hacia un mundo más honesto (con nosotros mismos) y más tolerantes para aceptar lo que la guata del otro dice…