Deseos en medio de la incertidumbre
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Hace 13 años me enfermé, tuve una trombosis bastante complicada y tuve que guardar reposo absoluto por más de 7 meses… con sólo acordarme siento que fue una locura!
En el camino perdí pareja, amigos y casi la posibilidad de titularme, caí en un estado de tristeza que me costó manejar… con la distancia me doy cuenta que no fue una depresión pero pudo haberlo sido fácilmente si es que yo no hubiese tenido entre cejo y cejo titularme a como de lugar… fue así como con mucha ayuda ese mismo año me titulé y lo hice con excelente nota.
Casi en el sexto mes la doctora me dio permiso para levantarme de la cama y podía estar 20 minutos sentada por cada 50 que pasara en reposo en cama.
Fue en este método que aprovechaba esos 20 minutos como si fueran elásticos… les sacaba el jugo!
Poco a poco cada 3 meses me daban más permiso para levantarme hasta que un día me dijeron:
“Puedes levantarte definitivamente… se acabó el reposo”
Al escribirlo siento emoción! Lo primero que hice fue ir a la peluquería y me corté el pelo… con el reposo se me había caído mucho el pelo y necesitaba recuperar esa parte de mi cuerpo que tanto me gusta.
En esta foto venía llegando de la peluquería, nunca hasta ese momento había tenido el pelo tan corto.
Poco a poco retomé mis actividades, mi rutina y mi vida pero hay algo que nunca más cambió… cada 50 minutos máximo debo hacer una pausa.
Si estoy sentada debo moverme: caminar, subir y bajar escaleras, bailar… mover las piernas. Si estoy de pie debo descansar: sentarme, poner los pies en alto, recostarme.
Un día apareció ante mí la técnica pomodoro, que consiste en que se trabaja intensa y concentradamente en bloques de 25 minutos seguidos, estos bloques se llaman pomodoros, sin distracciones y se descansa 5 minutos. Una vez que se cumplen 4 “pomodoros” se toma un descanso de 20 a 30 minutos, no importa lo que hagas en esos descansos, cualquier cosa es válida siempre y cuando no sea trabajar. Y yo sentí que si ya existía esa herramienta de productividad quizás podría funcionar con mi restricción y quizás podría sacarle mayor provecho a cada una de mis pausas.
Probé trabajar los intervalos tal como dice al técnica 25 x 5 pero no me funcionó porque me demoraba mucho en volver a concentrarme en una misma tarea y el descanso me parecía más una molestia que una ayuda, luego fui probando con distintos intervalos mi mejor tiempo de concentración.
Descubrí que a mi me funciona muy bien 50 x 15, es decir 50 minutos de trabajo por 15 minutos de descanso. Tengo la sensación de que al tener que parar si o si a los 50 minutos ya tenía harto trabajo adelantado.
Una de las cosas que sí incorporé fue el descanso más largo después de 3 o 4 bloques de trabajo, que en mi caso coinciden con las horas de comida.
Y hoy mis días son muy productivos, con rutinas de autocuidado muy placenteras y con un porcentaje alto de objetivos logrados a nivel mensual y anual.
Mi invitación es a que pruebes esta técnica y a que conozcas cuál es tu mejor intervalo de concentración y de descanso para poder estar más concentrado, más eficiente y que puedas incluir en tu rutina actos de autocuidado que promuevan tu salud y tu bienestar.