Si no descansamos responsablemente no podemos decir que somos trabajadores responsables…
Si trabajamos en algo que no nos gusta o con alguien que no nos agrada, el cansancio se evidencia cada día al terminar la jornada y al ser esto repetitivo, prontamente necesitaremos espacios de recreación más largos o momentos de sanación; será fácil identificar la necesidad de descansar y será fácil proveernos ese espacio necesario.
Sin embargo cuando trabajamos en algo que nos gusta probablemente el cansancio que podemos sentir al hacerlo, es menor al que acabamos de describir; sintiéndolo después de largas jornadas o largos periodos de tiempo. Es por eso que debemos ser conscientes de lo siguiente: en la medida en que nuestro cuerpo, cabeza y corazón están descansados, sintiéndose plenos y completos, podrán conectarse con el gozo de realizar una tarea (o muchas tareas) diarias; ese gozo, se reflejará en cada detalle, en nuestro ánimo y en nuestra salud.
Cuando trabajamos de manera independiente, muchas veces somos más exigentes con nosotros mismos de lo que seríamos cuando trabajamos para otros… Nuestro compromiso es mayor y por lo mismo nos cuesta delegar o parar; pero si además lo que hacemos nos gusta, entonces es muy probable que el descanso esté en el último punto de nuestro checklist, postergándolo continuamente.
Si eres de esas personas que te cuesta descansar, aquí encontrarás algunas buenas razones por las que deberías detenerte… Y pensar más en ti.
1. Mirar el panorama completo: cuando nos detenemos y decidimos descansar haciendo alguna actividad distinta a la que realizamos en nuestro trabajo, se pueden ver nuevas ideas, se comparte con otras personas y otros puntos de vista. Podemos tomar alguna distancia de nuestro trabajo y naturalmente tendremos ideas de cómo mejorar algunos procesos o desarrollar nuevas ideas. Podremos de alguna manera mirar nuestra actividad sin la presión de cumplir alguna meta, o de salir de la urgencia. Normalmente este tipo de descanso lo podemos lograr en vacaciones, o fines de semana largos donde hacemos del descanso una actividad consciente.
2. No olvidar nuestra salud: sin salud no puedes trabajar… no esperes a enfermarte para que un médico te diga que debes parar. (Esta es una nota mental que no deberíamos olvidar). Este es un tipo de descanso debe estar presente en todo momento; tomar una postura que no nos dañe, trabajar a un ritmo que nos permita llegar bien al final del día. No tomar más trabajo del que podemos realizar.
3. Recordar lo importante: si trabajamos y lo hacemos sin cuidar de nosotros mismos, de nuestro entorno, despreocupados hasta de nuestras necesidades más básicas, entonces no rendiremos en el trabajo tal como quisieramos. A veces al parar para ordenar nuestro espacio de trabajo nos genera un descanso inmediato.
Parar para comprar mejores herramientas, tomar un curso, o incluso parar para tomar un café de manera consciente; nos dejará con la cabeza más despejada, el cuerpo más renovado y con mejor disposición para continuar con nuestra labor. Estas actividades de descanso deben programarse (en mi opinión) una vez a la semana. Y no olvidar, dentro de los horarios de trabajo, incorporar el descanso en el trabajo.
4. Ser mejores en nuestro trabajo: finalmente la mejor razón para descansar es que naturalmente queremos ser mejores en todo lo que hacemos. Para ser un trabajador responsable debemos descansar responsablemente…
Implementar una rutina de descanso es parte de lo que nos hace falta a muchos para volver a conectarnos con los que amamos y con nosotros mismos… Si hacemos un alto (aunque sea muy pequeño) en el día a día, veremos los resultados en una semana, te animas a probar?